Todo nuestro Ser es un paisaje. Se
manifiesta como las distintas estaciones del año.
Algunas veces sentimos que estamos interiormente en
otoño, otras en invierno, en primavera o en verano, y en
el pasaje entre uno y otro estado, es donde debemos
realizar un trabajo de integración y aceptación.
Desbloquearemos emociones, miedos,
angustias, y aquello que nos traba en nuestro proceso
evolutivo.
Trabajaremos con nuestro cuerpo físico a
través del movimiento, con la vibración que produce el
sonido en él, escuchando y liberando nuestra voz
interior, que a veces pide a gritos expresarse y por
temor la censuramos.
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